¿Qué Dios y qué salvación?

Cuando creíamos conocer las respuestas, nos cambian la pregunta. Es lo que ocurre en toda mutación cultural importante, como la que nos toca vivir. Inmersos en una transformación religiosa sin precedentes, constatamos a diario que mucho de lo recibido ya no nos sirve, pero nos cuesta percibir hacia dónde vamos. Los síntomas del cambio resultan cada vez más notorios, pero necesitamos ahondar en las claves que nos permitan comprenderlo en profundidad.

 

¿Cómo explicar el fenómeno paradójico de la creciente búsqueda espiritual y el imparable declive de la religión institucional? Sin negar el influjo de la secularización y de la (post)modernidad, el autor plantea una hipótesis de más hondo calado: estamos ante un cambio de época, caracterizado por una transformación de la conciencia. Ese paso de una conciencia mental-egoica a otra transpersonal revoluciona, no sólo nuestras respuestas habituales a las preguntas de siempre, sino las mismas preguntas. ¿En qué consiste exactamente ese “cambio de conciencia”? ¿Cómo se plantea en él la pregunta sobre Dios y la salvación? ¿Cuál será el lugar y el papel de las religiones en esta nueva situación? ¿Qué significa y qué sentido tiene una espiritualidad post-religiosa? Sólo avanzando en la respuesta a estas cuestiones, podremos salir al paso y dar cauce a la búsqueda espiritual de nuestros contemporáneos.

Qué Dios y qué salvación

Salvación… Una palabra venerable, que remitía a un contenido considerado evidente, ha llegado a ser para nosotros confusa, sin significado coherente en nuestro marco conceptual.

         ¿Qué es la salvación? El esquema clásico proclamaba: Hemos sido salvados por la cruz de Nuestro Señor Jesucristo, que con su sangre ha expiado nuestro pecado, nos ha rescatado del demonio y nos ha abierto las puertas del cielo. Se hablaba de sacrificio, expiación, rescate, redención… Pero, si somos realistas, convendremos en que todo ese lenguaje hoy ha quedado vacío de significado. Porque nuestros contemporáneos no pueden entender la salvación como algo mágico que se realizara desde el exterior y que librara a nuestro yo de una pena o de un castigo. Más aún: ya empezamos a ver que la salvación no consiste en librar al yo, sino en liberarnos del yo, una distinción tan sutil como fundamental.

         Pero, ¿cómo surgió aquel esquema?,  ¿por qué se formuló de aquella manera?, ¿por qué hoy no es significativo? Y más: ¿Cómo hablar hoy de “salvación”? ¿Por qué? Muchas preguntas, que requieren atención honesta y clarificación lúcida.

         Dios… Una palabra más venerable todavía, con la que nuestros antepasados quisieron nombrar el Núcleo mismo de lo Real, la plenitud y luminosidad del Misterio de la existencia. Pero una palabra, también, que ha llegado hasta nosotros desgastada, manipulada y, en muchos casos, vacía. Hoy somos cada vez más conscientes de que el término “Dios” no puede referirse a un Ser separado e intervencionista, objeto de una creencia. Porque tanto el dios en el que se cree como el dios que se niega son ídolos o, con más precisión, conceptos. Por eso, es necesario ir más allá de la creencia y de la increencia –más allá de las imágenes míticas- para descubrir y vivir el Misterio luminoso y pleno de Lo Que Es.

         Por todo ello, ¿cómo hablar hoy de “salvación” y de “Dios”? Para hacer luz, es imprescindible empezar por clarificar “aquello” que hace que hablemos de un modo u otro, “aquello” desde donde hablamos: la conciencia, en su despliegue evolutivo a lo largo de la historia. Aquí se halla la clave que ilumina nuestra comprensión.

         Ésas son, pues, las tres cuestiones que se abordan en este libro: Conciencia, Dios, Salvación. Al expandirse la conciencia, todo es visto de modo diferente…, porque se ha modificado el que ve; todo se percibe de otra manera, porque ha cambiado el perceptor.

         El cambio es grande y puede asustar inicialmente a quienes provienen de la formación anterior. Por ello, para acercarnos a comprenderlo, es bueno tener en cuenta tres elementos. El primero es el reconocimiento de que si religiosamente estamos donde estamos, esto no se debe a que seamos peores que nuestros antepasados, o que estemos más cerrados que ellos al Espíritu, sino, sencillamente, al hecho de que se ha modificado la conciencia. Es la evolución de la conciencia la que nos ha traído hasta aquí. Y fue también el nivel de conciencia característico de hace dos mil años el que hizo que las cosas se expresaran como se expresaron. Esto nos hace percibir que el cambio operado es, no sólo comprensible, sino inevitable.

         El segundo elemento llama a la esperanza. En todo este proceso, nada valioso se pierde. De una percepción mítica, racional y egoica –en la que Dios y la salvación se veían como el Dios y la salvación del “yo”-, la conciencia nos va adentrando en la dimensión no-dual, en la que Dios y la salvación son “modos” de nombrar la Plenitud autoluminosa que Es/Somos y que se manifiesta, sin costuras, en cuanto trascendemos el pensamiento y venimos al Presente. Desde nuestra nueva percepción, fruto de la evolución y transformación de la conciencia, todo aparece unificado y nos resulta coherente. Comprendemos el cambio y nos sentimos dinamizados para vivir más plenamente.

         Finalmente, es importante leer el texto desde la propia experiencia y no tanto –ni exclusivamente- desde las referencias cognitivas heredadas. Más que en las ideas, que –siempre relativas, deudoras de un determinado nivel de conciencia y de un contexto sociocultural determinado- conducen al exclusivismo y la descalificación de lo diferente, será en la experiencia donde podamos encontrarnos respetuosamente y crecer hacia la Unidad.

 

ÍNDICE

Introducción

1. La evolución de la conciencia: estadios y paradigmas
Pre-supuestos, paradigmas y búsqueda de la verdad
Estadios o niveles de conciencia
El horizonte transpersonal
Un “salto” de conciencia
Pre-modernidad, Modernidad, Postmodernidad
Postmodernidad, Nueva Era y Conciencia transpersonal

2. ¿Qué Dios?
Ante un cambio epocal
La “trampa” de la religión
Y “Dios” también ha evolucionado
Decir “Dios” en paradigmas diferentes
Espiritualidad: entre la deformación y la represión
Repercusiones en la expresión y vivencia de la fe

3. ¿Qué salvación?
¿Dónde estamos? Aclaraciones y presupuestos
Verdad, relatividad y relativismo
El modelo clásico de “salvación”
Una perspectiva psicoanalítica
El modelo clásico y el evangelio
Saltan las disonancias
… y las consecuencias
La cruz de Jesús: historia y significado
El cambio de paradigma
¿Qué es, pues, salvarse?

Epílogo. ¿Qué Iglesia y qué creyente?

Anexo. ¿Qué yo? Modalidades de la práctica meditativa
1. Oración profunda-afectiva
2. Observar la mente
3. Observar el yo
4. Práctica interna
5. Práctica externa
6. Observar el cuerpo
7. Abrirse a la Conciencia transpersonal

Bibliografía