CAMINOS DE PLENITUD: 1.1. «Aceptarse a sí mismo/a»

  • 18 charlas desarrolladas a lo largo del Curso 2024/25, de octubre a junio.
  • Tendrán una duración de 45 a 60 minutos, con una frecuencia quincenal.
  • Se subirán al canal de Youtube los días 1 y 15 de cada mes, a partir de octubre.
  • No se requiere inscripción. Es un servicio gratuito. Las grabaciones se financian con parte del dinero de las matrículas de otros encuentros. Para acceder a ellas, basta abrir el siguiente canal: Meditación y vida cotidiana: https://www.youtube.com/channel/UCKANE_yMY_s8InYLuaKxgpg

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BONDAD

Domingo 13 de octubre de 2024

Mc 10, 17-30

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?”. Jesús le contestó: “¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios”. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre”. Él replicó: “Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño”. Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: “Una cosa te falta, anda, vende lo que tienes, da ese dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo–, y luego sígueme”. A esas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: “¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!”. Los discípulos se extrañaron de esas palabras. Jesús añadió: “Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el Reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el Reino de Dios”. Ellos se espantaron y comentaban: “Entonces, ¿quién puede salvarse?”. Jesús se les quedó mirando y les dijo: “Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo”.

BONDAD

Quien hace una lectura mítica de la divinidad de Jesús tiene dificultad para encajar que este rechace el calificativo “bueno”, afirmando que debe reservarse únicamente a Dios: «Solo Dios es bueno».

El cristiano teísta, para quien Jesús es Dios mismo, únicamente puede explicárselo como muestra de la humildad de Jesús, que no quiere apropiarse elogios, pero sigue sin entender su respuesta. Porque, ciertamente, dentro de ese paradigma, la respuesta no se sostiene.

Sin embargo, una vez superado el paradigma teísta, que piensa a Dios como un ser separado, se advierte la sabiduría que aquellas palabras encierran. “No hay nadie bueno”, afirma Jesús. Y tiene razón: porque la bondad -como todas las realidades transcendentales o transpersonales: vida, amor, alegría, paz…- no tiene nunca un sujeto personal. Se trata de realidades que trascienden el yo, no cualidades que lo adornaran.

La Bondad, sencillamente, es. Y en la medida en que vivimos anclados en nuestra identidad profunda, podrá fluir a través de nosotros. Incluso en un lenguaje coloquial, podremos decir de una persona que “es buena”. Con todo, la trampa en la que se suele caer es la apropiación, por la que alguien se considera a sí mismo sujeto de la bondad. Esa es precisamente la trampa que denuncia las palabras de Jesús: “no hay nadie bueno”…, aunque Bondad es lo que somos en nuestra verdadera identidad.

Veámoslo con otra expresión. El cuarto evangelio pone en boca de Jesús la expresión: “Yo soy la vida”. Pues bien, en la línea de lo que vengo diciendo, el sujeto de esa frase no es el carpintero de Galilea, sino la Vida misma -realidad transpersonal- que se expresa por su boca. Bondad, Vida, Verdad, Amor…: todas las palabras que podemos escribir con mayúscula apuntan a realidades transpersonales, cuyo sujeto nunca es el yo particular, sino el Fondo mismo y último de lo real.

La Vida, como la Bondad, es. Y podemos reconocerla como nuestra identidad profunda. Pero si hay comprensión, no habrá nunca apropiación. Y podrán expresarse en nosotros de manera limpia y gratuita, tanto más cuanto, desidentificados del yo, más vivamos anclados en la consciencia de lo que somos.

AMOR Y DIVORCIO

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Domingo 6 de octubre de 2024

Mc 10, 2-16

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús para ponerlo a prueba: “¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?”. Él les replicó: “¿Qué os ha mandado Moisés?”. Contestaron: “Moisés permitió divorciarse dándole a la mujer un acta de repudio”. Jesús les dijo: “Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”. En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: “Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio”.

AMOR Y DIVORCIO

Es propio de los textos sagrados absolutizar una norma moral, que se consideraba fundamental en la época en que fueron escritos. Por eso, cuando, con el paso del tiempo, aparece en los humanos una forma diferente de verla, las religiones -en general, todos los que hacen una lectura literalista de aquellos escritos- alzan la voz contra el cambio, reclamando que se siga cumpliendo lo que la moral religiosa propugnaba.

Esto es especialmente palpable, como era de esperar, en lo relativo al campo de la sexualidad: un tema sensible e incluso tabú para el mundo religioso, en el que, sin embargo, los cambios culturales han sido vertiginosos en un tiempo relativamente breve. Basta ver, como muestra, el modo como se plantea todavía hoy la cuestión de la homosexualidad en no pocos ámbitos religiosos, que la siguen considerando como “pecado nefando”.

El problema no es otro que la absolutización de lo que en su momento era una norma intocable, unida al literalismo aplicado a la lectura de los textos religiosos. Lo absolutizado se considera de validez eterna, porque se cree -eso dice la lectura literal- que expresa, sin excepciones posibles, la voluntad divina.

En mi opinión, ambos principios son, sin embargo, erróneos: absolutización y literalismo han sido también creencias socialmente construidas, que no se sostienen nada más que en la adhesión ciega de un cierto fanatismo, que prefiere la seguridad del “siempre ha sido así” a la indagación honesta de la verdad, desde el propio momento que nos toca vivir.

Viniendo al texto que leemos hoy, nadie duda de que en todo amor genuino se busca “ser dos en una sola carne”. Pero una cosa es el horizonte hacia el que se camina y otra, en ocasiones bien diferente, lo que es posible vivir a una pareja concreta. Son tantos los condicionamientos de todo tipo -la mayor parte de ellos y los más graves, inconscientes- que puede llegar el momento en que el divorcio sea la actitud más adecuada.

INICIO DE LAS SESIONES ONLINE A TRAVÉS DE YOUTUBE, 1 de octubre

El próximo día 1 de octubre subiremos al canal de Youtube la primera de las 18 sesiones (con el título genérico «Caminos de plenitud»), que se irán sucediendo, de octubre a junio, los días 1 y 15 de cada mes. 

No se requiere inscripción. Es un servicio gratuito. Las grabaciones se financian con parte del dinero de las matrículas de otros encuentros. Para acceder a ellas, basta abrir el siguiente canal:

Canal de Youtube: Meditación y vida cotidiana.

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TOLERANCIA E HIPÉRBOLES

Domingo 29 de septiembre de 2024

Mc 9, 38-48

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: “Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros”. Jesús respondió: “No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros, está a favor nuestro. El que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeños que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos al abismo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie de hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida que ser echado con los dos pies al abismo. Y si tu ojo de hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios que ser echado al abismo con los dos ojos, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga”.

TOLERANCIA E HIPÉRBOLES

Ante este texto -seguramente una colección de dichos agrupados aquí por el propio evangelista-, el lector no puede menos que sorprenderse, al ver el contraste entre la actitud de tolerancia hacia quienes “no son de los nuestros” y las amenazas subsiguientes contra los que escandalizan a los pequeños o los que “caen” de distinto modo. ¿Cómo se pasa de la tolerancia compasiva a la condena más absoluta? La respuesta, probablemente, se encuentre en el hecho de que, o bien se han unido palabras dichas en diferentes contextos, o bien esas palabras no procedan del Jesús histórico, sino de algún responsable de aquellas primeras comunidades.

La actitud de tolerancia es llamativa, incluso subversiva, porque busca romper un funcionamiento tribal bien arraigado en los grupos humanos, por el que se divide a las personas en función de su pertenencia o no al propio grupo: “los nuestros” y “los otros”. Tal división marcará, a su vez, la actitud y el comportamiento que habrá de mantenerse ante unos y otros: el criterio decisivo es que la persona en cuestión sea vista o no como de “los nuestros”; quien no lo es, queda excluido.

El escándalo -que en el contexto del evangelio de Marcos es ambición de grandeza– se produce siempre que se hace tropezar o caer a otros. No tiene que ver tanto con lo que se dice -como ha insistido habitualmente la jerarquía eclesiástica, en su empeño por mantener lo que consideraban “ortodoxo”-, cuanto con lo que se hace. A quienes provocan que “los pequeños” (los últimos, los que no cuentan) caigan -queden paralizados, sean marginados o se les impida avanzar en su propio desarrollo- habría que hacerlos desaparecer. Es lo que subraya el texto con la imagen de la piedra de molino, una hipérbole bien del gusto oriental.

Como hipérboles son también las frases relativas a cortar la mano o el pie y a sacar el ojo. Porque no han faltado personas que, agobiadas por un hondo sentimiento de culpabilidad, las han tomado en sentido literal, con resultados trágicos.

De acuerdo con la antropología bíblica, la mano simboliza la actividad; el pie, la orientación en la vida o la conducta; el ojo, los deseos. Lo que el texto propone -de nuevo, por medio de hipérboles- es modificar aquellas conductas, orientaciones y deseos que no vayan por el camino del amor y del servicio. Porque ese es el camino que permite “entrar en la vida”, es decir, vivir en plenitud.