EL ENGAÑO DE UN YO HACEDOR

En un video reciente, publicado por el canal de YouTube -autodenominado “Divulgación” y titulado “No es que tú veas…, hay ver: no es que tú vivas…, hay vida; el resto es la mente reclamando autoría”-, se expone, en una síntesis sencilla, la falta de consistencia del yo:

“Todo el mundo dice: «Yo veo, yo escucho, yo siento». Pero, antes de que aparezca ese yo, ya estaba el ver, ya estaba el escuchar, ya estaba el sentir.

La mente se apropia de lo que ocurre y se sitúa como protagonista. Es su truco favorito: convertir el simple hecho de percibir, en la historia de un hacedor que percibe.

No es que haya alguien mirando el mundo; hay percibir y eso es todo. Pero la secuencia de pensamientos -esa narración incesante que se superpone a lo que ocurre- crea la ilusión de autor, un testigo personal que vive la vida y la controla.

Cuando ves que ese autor nunca ha estado ahí, no pasa nada nuevo. Lo que ya ocurría sigue ocurriendo. El corazón sigue latiendo, las nubes siguen moviéndose, las conversaciones siguen fluyendo.

La diferencia es que ya no está el parásito mental diciendo: «Yo lo hago» o «Me está pasando a mí». Y entonces, sin historia personal que sostener, lo que queda es simple, silencioso y obvio: la vida viéndose a sí misma sin nadie en el centro. Y eso es todo”.