MIRAR NO SIEMPRE TERMINA EN VER // Esther Fernández Lorente

Mirar no siempre termina en ver.

Miramos buscando la visión,
abrimos los ojos del asombro,
esos tan grandes y limpios,
o los entrecerramos enfocando un punto fijo.
A veces, nos engañan las ideas,
como en un espejismo, otras,
naufragamos en la densa oscuridad
o las expectativas empañan nuestra mirada.

Y es que
mirar no siempre termina en ver;
a veces, la visión irrumpe, desconcertante,
en ese hermoso concierto donde
todo se centra y se expande,
ahí donde luces y sombras
velan y revelan la verdad.
O llega calando poco a poco,
filtrándose en las rendijas abiertas,
como suave lluvia de verano,
y vemos y comprendemos
en un instante sin tiempo,
sin pensamientos.
Simplemente, vemos.

Es así, mirar no siempre termina en ver.
La visión es el origen velado
que nos pone en camino,
que alienta y afina la mirada para la búsqueda,
que permanece en el horizonte
y en lo más profundo de las entrañas
como anhelo, como llamada que sostiene.

Pero, mirar no siempre termina en ver.
Ver, siempre, es el más natural, más íntimo
y más inmenso de los regalos.

Esther Fernández Lorente.