Semana 8 de septiembre: TIEMPO DEL HOMBRE // Atahualpa YUPANQUI

La partícula cósmica que navega en mi sangre
es un mundo infinito de fuerzas siderales.
Vino a mí tras un largo camino de milenios
cuando, tal vez, fui arena para los pies del aire.

Luego fui la madera, raíz desesperada.
Hundida en el silencio de un desierto sin agua.
Después fui caracol quién sabe dónde.
Y los mares me dieron su primera palabra.

Después la forma humana desplegó sobre el mundo
La universal bandera del músculo y la lágrima.
Y creció la blasfemia sobre la vieja tierra.
Y el azafrán, y el tilo, la copla y la plegaria.

Entonces vine a américa para nacer en hombre.
Y en mí junté la pampa, la selva y la montaña.
Si un abuelo llanero galopó hasta mi cuna,
otro me dijo historias en su flauta de caña.

Yo no estudio las cosas ni pretendo entenderlas.
Las reconozco, es cierto, pues antes viví en ellas.
Converso con las hojas en medio de los montes
y me dan sus mensajes las raíces secretas.

Y así voy por el mundo, sin edad ni destino.
Al amparo de un cosmos que camina conmigo.
Amo la luz, y el río, y el silencio, y la estrella.
Y florezco en guitarras porque fui la madera.

Atahualpa YUPANQUI.

EL PORQUÉ DE LA RENUNCIA

Domingo XXIII del Tiempo Ordinario 

8 septiembre 2019

Lc 14, 25-33

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús. Él se volvió y les dijo: “Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí, no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que mandan, diciendo: «Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar». ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío”.

 EL PORQUÉ DE LA RENUNCIA

          Las palabras de Jesús son una llamada al realismo. Más allá de las imágenes a las que recurre, podrían sintetizarse de este modo: ¿Hasta dónde estoy dispuesto a ir? ¿Estoy motivado y decidido para mantener el “sí” a lo que es hasta el final?

          Es habitual entre los humanos ilusionarnos con facilidad y lanzarnos rápidamente a cualquier empresa. Pero no es raro que, con la misma rapidez, abandonemos o nos retiremos. Habíamos calculado mal nuestro empeño o nuestra motivación. A eso se refiere el conocido dicho popular que se aplica en esos casos, referido a la persona que empieza con fuerza pero que rápidamente se estanca. Tal persona –se dice– tiene “arrancada de caballo y parada de burro”.

          ¿Qué falla ahí? Probablemente ha faltado realismo: el anhelo es grande, pero la comprensión –y la motivación– no lo eran tanto. Podían más los deseos y los miedos del yo, que nos hacen girar en torno a él.

          Las imágenes que utiliza Jesús –posponer padre, madre, mujer e hijos… y llevar la cruz– apuntan a la radicalidad de la entrega a lo que la Vida quiere, en definitiva, a lo que realmente somos.

          No se trata, por tanto, de dolorismo ni de renuncia voluntarista: ambas actitudes, paradójicamente, suelen inflar al ego. Se trata, una vez más, de comprensión y de coherencia. ¿Cómo quiero vivir? ¿Para el yo y sus intereses o anclado en mi (nuestra) verdadera identidad, que es una con la Vida?

          En el primer caso, el yo calcula lo que para él son ventajas y peligros, pero a costa de seguir, en la práctica, en la ignorancia acerca de quien soy. Solo cuando comprendo que no soy ese yo separado, se produce una alineación con lo real, con la vida. Y desde ahí vivo un “sí” a lo que es, por más que implique “pérdidas” de todo tipo. Pero ese “sí” no nace como sometimiento a una voluntad ajena; es resultado de ser fiel, no al ego hipnotizador que me confunde, sino a aquello que realmente soy (somos). Solo de esa comprensión puede nacer la acción adecuada.

          “Llevar la cruz” no es ser amigo del dolor, sino signo de lucidez. Significa asumir que toda la existencia es un camino progresivo de “muerte del yo” (de la identificación con él), para posibilitar que “nazca” y viva lo que realmente somos. Como dijera el propio Jesús, se trata de “perder para ganar”, morir para vivir.

 ¿Hasta dónde estoy dispuesto a llegar para vivir lo que soy?

Semana 1 de septiembre: MINDFULNESS EN LA EDUCACIÓN

EL AUGE DEL MINDFULNESS EN EL ENTORNO EDUCATIVO

Diario ABC, 21.04.2017.

Lissi Sánchez, directora y docente en el arte de la Realidad, explica los objetivos de esta técnica.

Lissi Sánchez explica que cada vez son más los padres y profesores que han oído hablar de los beneficios del mindfulness, y desean formarse en esta práctica para poder enseñarla a los niños. El término está en boca de todos últimamente, ¿pero cuál es el objetivo primordial de esta técnica?

En su opinión, el mindfulness desarrolla la habilidad de prestar atención al momento presente, lo que permite reconocer los pensamientos y emociones que emergen en nuestra mente y cuerpo a cada instante. Numerosos estudios científicos han demostrado que cuanto más presente está una persona en su vida, más se reducen su reactividad y nerviosismo. Además, esta práctica aumenta la curiosidad vital y la paz interior.

Esta experta señala que «los niños de hoy suelen ser inquietos y dispersos. A algunos les cuesta conciliar el sueño, otros están incluso estresados. También suelen tener problemas a la hora de relajarse o pasar un rato sin hacer nada. Sus cabezas están sobrecargadas por la cantidad de impulsos que perciben. ¿Cómo se les puede enseñar a relajarse y a dejar de dar vueltas a las cosas? ¿Cómo fomentar su atención para que se concentren en lo que hacen? ¿Y cómo ayudarles a que aprendan a escuchar sus propias emociones para gestionarlas mejor?».

Sánchez apunta que «el mindfulness ha demostrado tener un efecto importante sobre el cerebro infantil. Numerosos estudios realizados en escuelas de todo el mundo prueban que los niños que siguen los principios del mindfulness son más capaces de gestionar situaciones de estrés y de ponerse en el lugar de los demás, tomando decisiones más conscientes en lugar de dejarse llevar por las emociones conflictivas, ya que parten de una base más tranquila. Esta práctica aporta una nueva manera de atender y mirar la realidad: despierta la curiosidad, el asombro y la concentración de los niños mediante la atención a lo que está ocurriendo en su mundo interior y exterior».

«La aplicación del mindfulness en el entorno educativo ha tenido un desarrollo muy importante en la última década. Hasta hace relativamente poco se pensaba que esta práctica era demasiado difícil e «intelectual» para los niños, pero estudios recientes han resaltado su eficacia en niños desde los 4 o 5 años de edad, ya que son capaces de desarrollar a su manera una vida interior profunda» detalla Sánchez, que continúa explicando que «si el mindfulness es bueno para cualquier cerebro en pleno desarrollo, ¿por qué no facilitar este proceso lo máximo posible? Éste es el reto al que actualmente se dedican un creciente número de instituciones académicas, profesores y psicólogos infantiles de todo el mundo».

Beneficios de esta práctica en los niños:

  • Mejoran su atención, concentración, creatividad y rendimiento académico.
  • Aprenden a autoregular sus emociones yse sienten más seguros.
  • Aumentan su capacidad de introspección: ven más claramente lo que sucede en su interior y exterior.
  • Desarrollan la paciencia, la compasión yla alegría por el bienestar propio y de los demás.

Una iniciativa mundial

La página web de Mindful Schools ofrece reveladoras cifras y estudios sobre los beneficios del mindfulness y la propagación que esta práctica está teniendo en el sistema escolar americano. En Europa, su implantación también está en auge: el Ministerio de Educación de Holanda ha decidido ofrecer formación gratuita en mindfulness a todos los maestros que lo deseen, y en España cada vez son más los colegios que lo imparten en sus aulas. Paralelamente, muchos profesores y padres están asumiendo la iniciativa personal de formarse en este sentido.

TODO SER HUMANO ES MI HERMANO

Domingo XXII del Tiempo Ordinario 

1 septiembre 2019

Lc 14, 1.7-14

Un sábado entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso este ejemplo: “Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro, y te dirá: «Cédele el puesto a este». Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que cuando venga el que te convidó, te diga: «Amigo, sube más arriba». Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido”. Y dijo al que lo había invitado: “Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a tus vecinos ricos; porque corresponderán invitándote y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte, te pagarán cuando resuciten los justos”.

 TODO SER HUMANO ES MI HERMANO

          La imagen y las palabras que el evangelista pone en boca de Jesús no parecen muy “ejemplares”. La motivación que se ofrece para no buscar los “primeros puestos” no es precisamente limpia: no nace de la libertad ni de la espontaneidad de la persona sabia, sino de una de las necesidades características del ego, que busca “quedar bien” ante los demás, como un modo de autoafirmarse.

          La persona sabia comprende que todo lo que piensen o digan acerca de ella no le añade ni le quita una pizca de su valor. No se mueve, por tanto, desde la necesidad de agradar o de “quedar bien”. Se vive, sencillamente, en coherencia con quien es de fondo, de una manera desegocentrada. De la misma manera que no busca reconocimientos ni alabanzas, tampoco se le ocurre perseguir los primeros puestos. Se vive con libertad interior, desde su propia consciencia de plenitud. Fluye en cada momento con lo que es.

          Fluye desde la comprensión. La misma que le hace consciente de su “hermandad” con todos los humanos y todos los seres. Por tanto, no atiende a los necesitados –“pobres, lisiados, cojos y ciegos”– para recibir una “paga” futura –“cuando resuciten los justos”–, sino porque sabe que son de su misma “familia”.

          Es claro que la religión y la moral han buscado mejorar el comportamiento humano ofreciendo “recompensas” de diverso tipo que, con frecuencia, habrían de recibirse después de la muerte. Pero ese modo de hacer, aunque comprensible en un determinado nivel de consciencia, no consigue sino fortalecer al ego. En este sentido, podría decirse que, más allá de la intención de quien lo hacía, la religión perseguía salvar al yo, cuando de lo que realmente se trata es de liberarnos de (la identificación con) él.

          A diferencia de ese tipo de enseñanzas religiosas y moralizadoras que pretendían “mejorar” a las personas a través de recompensas, el comportamiento del sabio –como fue el del propio Jesús– se caracteriza por la gratuidad. No busca otro interés añadido, porque no nace de la carencia. Su acción es fin en sí misma, porque nace de una consciencia de plenitud que se desborda.

¿Cómo veo a los demás? ¿Desde dónde actúo?

 

Semana 25 de agosto: REEDUCAR EL CEREBRO // David DEL ROSARIO

Entrevista de Ima Sanchís a David del Rosario, científico e investigador, en La Contra, de La Vanguardia, 01/07/2019.
https://www.lavanguardia.com/lacontra/20190701/463190384374/solo-el-que-no-sabe-mira.html

“Solo el que no sabe mira”.

“Tengo 35 años. Nací en Alicante y vivo en Barcelona. Tengo pareja. Estudié Ingeniería Técnica en Telecomunicaciones e Ingeniería Biomédica. Lo que más valor tiene en la sociedad es el cerebro de las personas, y nadie nos explica cómo funciona. Me he encontrado con Dios muchas veces en el laboratorio”.

Entender cómo funciona nuestro cerebro nos abre la posibilidad de ser felices todo el rato. No sé si David del Rosario estará de acuerdo con este sucinto resumen de su ensayo: El libro que tu cerebro no quiere leer (Urano). En todo caso, conocer la mecánica de nuestro cerebro es uno de los mejores regalos que nos podemos hacer a nosotros mismos, porque cambia nuestra manera de estar sobre la tierra y, curiosamente, en lugar de llenarnos de conceptos, nos vacía. Este investigador y divulgador científico apasionado nos guía con maestría por los recovecos de la mente tan aficionada a encerrarnos en patrones mentales, y nos propone una manera de decirle al cerebro “por aquí no vamos bien” y que nos haga caso.

El cerebro es un agricultor con mono azul y sombrero de paja que se dedica a sembrar pensamientos, emociones y sensaciones en el campo mental.

¿Pensamientos y emociones que recolectamos para vivir?

Sí, para hacernos una idea del mundo y de quienes somos. Cada vez que el cerebro encuentra un parecido entre situaciones, personas, cosas…, simplifica el asunto asignando el mismo nombre a todas ellas.

¿Y simplifica mucho?

No hay ninguna duda de que el cerebro deja de ver cuando cree saber.

Eso es grave.

Sí, porque solo el que no sabe mira. El origen de cualquier problema es olvidar que estamos viendo una imagen mental y no la realidad.

 ¿Nuestro cerebro crea la realidad?

Sí, la realidad es una percepción individual que genera el cerebro en base a tres premisas: la base genética, su experiencia pasada y las predicciones futuras.

¿Los pensamientos son una propuesta neuronal?

Sí, que nuestro cerebro hace ante cada situación de vida basándose en el pasado. Hay tres cosas fundamentales que todos debemos saber.

Adelante.

En primer lugar, la neurociencia nos demuestra que la memoria es muy poco de fiar, pero constantemente nuestro cerebro nos lleva a tomar decisiones hoy, a partir de lo que almacena nuestra engañosa memoria.

Segundo punto.

Los pensamientos. Nuestro cerebro piensa con la misma naturalidad que nuestro corazón bombea sangre y nuestros pulmones aire, es su función: pensar. No piensas tú, piensa tu cerebro.

¿Cómo aplico esto al día a día?

Cuando asumes que aquello que piensas solo es una propuesta de tu cerebro partiendo del recuerdo del pasado, de tu base genética y las propuestas de futuro que te presenta la mente, tus pensamientos dejan de ser un hecho.

Tercer punto.

Las emociones. El 85% del tiempo sentimos lo que pensamos. Lo que estoy sintiendo ahora es el resultado de mis asociaciones mentales.

¿Qué hacemos con esta información?

Lo que yo propongo es alinear nuestra conducta con la forma de funcionar de nuestro organismo. Estos tres ingredientes bastan para hacer una pequeña revolución en tu manera de ver la vida, no en tu vida. Teniendo en cuenta que los cambios de percepción tienen una gran influencia, ya que nos relacionamos con el mundo a través de lo que percibimos.

Percibimos el 0,5% de la realidad.

Esa es la información que llega a nuestro cerebro, para todo lo demás nuestro cuerpo no tiene sensores para captarlo. Y de ese 0,5% de información llega a la parte consciente el 0,01%, esa es la materia prima con la cual nuestro cerebro construye sus pensamientos y emociones.

¿Recuerdos y pensamientos son falsos?

En un 99,9%. Por eso insisto en que, siendo condescendiente, lo que pienso son propuestas cerebrales; pero podemos usarlas o no.

Interesante.

Yo lo que propongo es darle un uso diferente a los pensamientos, en lugar de creérselos y defenderlos a capa y espada, pregúntese cómo le hace sentir ese pensamiento. Inmediatamente recibirá lo que llamamos la sensación afectiva: bienestar o malestar y el nivel de excitación.

¿Y?

El malestar te está informando de que ese pensamiento que te está proponiendo el cerebro no es útil en ese momento, y ahí es donde está el giro. Cuando retiras la atención de ese pensamiento y lo pones en lo que sientes, ya estás no usándolo.

No se trata de cambiar lo que sentimos.

El cerebro interpreta que un pensamiento es útil cuando le presto atención. La próxima vez la probabilidad de que mi cerebro me proponga ese pensamiento que he descartado disminuye.

Entiendo.

El cerebro nos propone todo el tiempo los pensamientos que más usamos, se aferra con fuerza a sus patrones mentales más arraigados y consume gran parte de su energía resistiéndose a los cambios en lugar de adaptarse.

Es primitivo.

En la raíz de todo malestar, si analiza qué hay detrás de los pensamientos que le crean malestar, verá que está básicamente el miedo. Y ahora viene algo interesante.

El miedo y la confianza utilizan las mismas redes neuronales, son las dos caras de la misma moneda, eso significa que en cada situación de vida estamos decidiendo si vivirla desde el miedo o desde la confianza.

¿Propone gestionar las emociones?

No. Las emociones no están ahí para ser gestionadas, sino para ser sentidas. Cuando le dices a tu cerebro “este pensamiento no me sirve en este momento” empieza a proponerte pensamientos distintos y el círculo vicioso en el que solemos estar atrapados se rompe.

¿Dejamos de repetir, y repetir…?

Así es, y tu realidad cambia porque cuando tú decides usar un pensamiento, tu cerebro se pone al servicio de ese pensamiento y construye una percepción de la realidad coherente con lo que piensas. Al cerebro no le importa la verdad, solo la coherencia.