LO  QUE  REALMENTE  SOMOS 

 

 

(Un texto de Ken Wilber)

 

 

         “Las personas suelen hallarse atrapadas por la vida, atrapadas por el universo, porque creen estar dentro del universo y que, en consecuencia, éste puede aplastarles como si de un bicho se tratase. Pero esa suposición es falsa porque usted no está en el universo, sino que es el universo el que está en usted.

 

         La creencia habitual es la siguiente: mi conciencia está en mi cuerpo (fundamentalmente en mi cabeza); mi cuerpo está en esta habitación, y esta habitación está en el espacio que me rodea, el universo mismo. Y, si bien esto es cierto desde la perspectiva del ego, resulta, no obstante, completamente falso desde el punto de vista del Yo.

 

         Cuando yo descanso en el Testigo, en el Yo-Yo sin forma, resulta evidente que, en este mismo instante, yo no estoy en mi cuerpo, sino que mi cuerpo está en mi conciencia. Yo soy, por consiguiente, conciencia.

 

         Cuando descanso en el Testigo, en el Yo-Yo sin forma, resulta evidente que en este mismo instante, yo no estoy en esta casa, sino que esta casa es la que está en mi conciencia. Yo soy el Testigo puro en el que emerge ahora mismo esta casa. Yo no estoy en esta casa, sino que esta casa está en mi conciencia. Yo soy, por tanto, conciencia.

 

         Cuando miro fuera de esta casa al espacio circundante -tal vez una gran extensión de tierra, una gran apertura al cielo, otras casas, calles y automóviles-, cuando miro, en suma, al universo que me rodea y descanso en el Testigo, en el Yo-Yo sin forma, resulta evidente que, en este mismo instante, yo no estoy en el universo, sino que el universo está dentro de mi conciencia. Yo soy el Testigo puro en el que ahora mismo emerge el universo. Yo no estoy en el universo sino que es el universo el que está en mi conciencia. Yo soy, por consiguiente, conciencia.

 

         Es cierto que la materia física de su cuerpo se halla dentro de la materia de la casa y que la materia de la casa se halla dentro de la materia del universo. Pero usted es algo más que materia, usted no es sólo algo físico, usted también es Conciencia y la materia no es más que un cascarón externo. Cuando el ego adopta el punto de vista de la materia queda atrapado en la materia y se ve, por tanto, torturado de continuo por el aspecto físico del dolor. Pero el dolor también emerge en su conciencia y usted puede hallarse en el dolor o, cuando descansa en la inmensidad de la Vacuidad pura que constituye su identidad más profunda, puede darse cuenta de que es el dolor el que se halla en usted, de que es usted el que rodea el dolor y de que, en consecuencia, lo trasciende.

 

         ¿Qué es pues lo que soy? Si me contraigo en el ego, parece que estoy confinado al cuerpo, que, a su vez, está confinado en la casa que, a su vez, está confinada en el inmenso universo que la rodea. Pero  cuando descanso en el Testigo -la conciencia abierta, inmensa y vacía - resulta evidente que yo no estoy en el cuerpo, sino que el cuerpo está en mí, que yo no estoy en esta casa sino que la casa está en mí, y que yo no estoy en el universo, sino que el universo está en mí. Todo eso es lo que emerge en el Espacio inmenso, vacío, puro y resplandeciente de la Conciencia primordial, ahora y también ahora y eternamente ahora.

 

         Yo soy, por consiguiente, Conciencia”.

 

 

(Ken WILBER, Diario, Kairós, Barcelona 2000, pp. 194-195).