Semana 28 de febrero: CUANDO LA CIENCIA SE CONVIERTE EN RELIGIÓN

Todos, maestros y aprendices

 

En una reciente tertulia radiofónica, tres participantes autoproclamados “científicos” abominaban de todo aquello que, viniera de donde viniera, no estuviera “científicamente demostrado”. En su arrogante desconocimiento, uno de ellos llegó a afirmar que “el psicoanálisis es una patraña” y que, en cualquier caso, “se hace urgente rechazar de plano todo lo que no pase el filtro científico”.

 

Es indudable que existen embaucadores que, con el fin de obtener un beneficio económico, y gracias a la credulidad de la gente, intentan colar como verdad lo que no es sino un camelo. Es cierto, igualmente, que ya no podemos renunciar a la razón crítica, si no queremos caer en la irracionalidad. Pero de ahí a establecer la ciencia como criterio último de verdad hay un salto, no solo inaceptable, sino profundamente nocivo. Cuando ese salto se ha dado, se ha caído en el cientificismo, el racionalismo, el positivismo, el materialismo… Y la ciencia se ha convertido en una pseudo-religión, con sus dogmas, sus ritos, sus altares y sus gurús. Y, como ocurre en las religiones, todo ello quedaba a salvo de cualquier cuestionamiento, porque aparecía revestido de la aureola sagrada de la verdad: “lo dice la ciencia” había sustituido a “es palabra de Dios”.

 

Los dogmas de esta nueva religión son muy simples y, como ocurre con todo dogma, se creen a priori, sin someterlos a ningún tipo de crítica. Los más básicos son los siguientes:

  • La ciencia es la única verdad, y fuera de la ciencia no hay verdad (salvación).
  • El modo supremo (o incluso único) de conocimiento es la razón.
  • Solo existe aquello que la ciencia puede verificar; todo lo demás son supersticiones.

 

Para los “fieles” de esta nueva religión, se trata de “evidencias”, y miran con desdén a quien se atreva a ponerlas en duda. Para quienes son capaces de tomar distancia, es claro que tales afirmaciones no son científicas, sino postulados metafísicos, es decir, creencias imposibles de falsar (y, por tanto, demostrar). Son, sencillamente, creencias pseudocientíficas sostenidas –en una paradójica ironía- por aquellos mismos tertulianos que abominaban de todo lo que fuera pseudocientífico.

Semana 28 de febrero: APRENDER DEL DOLOR

Crisis y transformación.1

Tony de Mello

 

 

  1. Las experiencias dolorosas tocan a todos los seres humanos, nadie puede sustraerse de ellas. Lo que cambia es cómo nos enfrentamos a ellas.
  1. Hay quienes convierten el dolor en sufrimiento, en cambio hay quienes lo convierten en una experiencia de aprendizaje que les servirá para vivir mejor.
  1. La infelicidad es producida porque a un suceso doloroso le agregas pensamientos equivocados; si pudieras desprenderte de esos pensamientos, el sufrimiento desaparecería.
  1. El dolor existe, es real. El sufrimiento, en cambio, es obra de tus pensamientos. Si sufres es que estas dormido, porque el sufrimiento es producto de tu sueño.
  1. No es la vida lo difícil, eres tu quien la vuelve difícil.
  1. El sufrimiento es un deseo no cumplido, es un desear que las cosas ocurran como tu quieres que ocurran, o que las personas se comporten como tu quisieras, y al no ser así, el deseo choca con la realidad y de esta fricción surge el sufrimiento.
  1. La paz se alcanza cuando abandonamos esa actitud de apego por las cosas, por las personas. En esa actitud se tiene que ser constante y se tiene que tener paciencia. No hay formula instantánea para la paz. Es necesario buscarlo con tranquilidad.
  1. La mayoría de nosotros vivimos con tensiones y molestias; si esto te sucede, cierra los ojos y recorre lentamente tu cuerpo sintiendo cada una de sus partes, respira suavemente. Esto te relajará.
  1. En ocasiones no perseguimos cosas materiales, pero estamos preocupados por nuestra salud. Si vivimos apegados a nuestra salud, también esta puede ser causa de sufrimiento.
  1. Cada persona enfrenta de manera diferente un problema de salud. Hay quienes se aferran a la vida y sufren; hay quienes ven el proceso de enfermar como una experiencia de aprendizaje y no sufren.
  1. Cuando alguien no cumple lo que prometió, cuando alguien te rechaza, cuando alguien te abandona, esa persona no te está lastimando, no te estaá hiriendo. Son tus pensamientos los que te lastiman. La única razón de tu sufrimiento son tus ideas acerca de cómo deberían comportarse las personas en relación a ti.
  1. No sufres por lo que otros hacen, sino por la expectativa de que ellos se comporten según tus deseos, creyendo que tus ideas son las más correctas. Si ellos violan tus expectativas, son tus expectativas las que te hieren.
  1. Disminuye tus expectativas sobre las personas y tendrás tres resultados:
    • Quedarás en paz.
    • Las personas seguirán comportándose como son y esto no te
      acarreará el más mínimo sufrimiento.
    • Tendrás más energía para hacer lo que quieras pues no estarás
      gastando tu tiempo esperando que los otros vivan de acuerdo a los
      planes que tú trazaste.
  1. Solemos reaccionar ante las imágenes que reflejan los otros de nosotros mismos. Vemos en el otro lo que deseamos (lo idealizamos) o ponemos en él nuestro miedo (lo rechazamos) y así nos impedimos conocer al otro en su realidad.
  1. Las ofensas y los juicios de los demás sobre ti hablan más de la forma de pensar de ellos que de ti. No le des a otra persona el poder de perturbarte, el poder de decidir si vas a estar triste o alegre.
  1. Para vencer esto, es necesario desintoxicarte: llama a las cosas por su nombre, piensa de quién necesitas aprobación, observa cómo frente a esa persona pierdes la libertad, piensa en quién necesitas para atenuar el dolor de tu soledad, observa cómo frente a ella no puedes decidir, pierdes la libertad. Ahora busca la soledad, mantente lejos de las multitudes; al principio será doloroso, pero después el amor renacerá.
  1. Tú mantienes muchas cosas para sentirte seguro, buscas prestigio, reconocimiento o aceptación porque te sientes inseguro, pero cuando lo dejas, descansas y paradójicamente entonces sí sientes seguridad.
  1. El dolor y la felicidad son como la oscuridad y la luz. La oscuridad no existe; es solo un periodo en el que se percibe menos la luz. Libérate de rótulos, deseos, ideas y podrás percibir la felicidad.
  1. Entiende el origen de tu sufrimiento y tendrás la cura; si no lo entiendes, no dejaras el sufrimiento.
  1. No sientas vergüenza por nada que hayas hecho en el pasado.
  1. Piensa en todo esto, piensa en lo que tienes y lo que no tienes; de ahí vendrán las fuerzas para enfrentar los conflictos.
  1. No es todo lo que tenemos, sino lo que disfrutamos lo que nos hace felices. Solo podemos disfrutar cuando no tenemos miedo a las pérdidas. Y nos volvemos libres cuando tomamos conciencia de todo aquello que no nos puede ser quitado o robado ni por los otros, ni por nosotros mismos.
  1. Si deseamos ser felices lo podemos lograr ahora, pero si deseamos ser más felices que antes, o que otros, eso no lo podemos lograr porque eso es un apego, porque las felicidades no se pueden comparar.
  1. El sufrimiento que padeces es el equivalente a tu resistencia a la realidad. El resistirte hace que choques con la realidad; revisa tus planteamientos para que se ajusten a la realidad. Si lo comprendes, crecerás: en caso contrario sufrirás sin remedio.
  1. No te apegues a la liberación, porque esta no es aprensible. Solo tienes que ver las cosas como son. Las cosas serán cuando deban ser, por mucha prisa que te des. La realidad no es algo que se pueda forzar ni comprar. Se trata de ver la realidad tal como es. Lo cierto es que ya estás en ella, siempre has estado, pera la buscas como el pez que iba como loco buscando el océano.
  1. La felicidad siempre está ahí pero a veces no somos capaces de observar el tesoro en el que estamos parados.

(Anthony DE MELLO, El camino hacia la felicidad, Editorial Lumen. Extractos).
Crisis y transformación.2

Semana 21 de febrero: SALIR DEL SUEÑO

Mirar hacia dentro

La mente, uno de los logros más exquisitos de la evolución, ha hecho posible la autoconsciencia y nos ha procurado un impresionante desarrollo científico y técnico. Sin embargo, se ha mostrado incapaz de liberarnos del sufrimiento. Algo falla…

 

Lo que falla no es otra cosa que la absolutización de lo que es solo una herramienta, un órgano de conocimiento, en definitiva y por más valioso que sea, un “objeto” dentro de lo que somos.

 

Al absolutizarla, confundimos nuestra identidad con una “idea” de la misma y nos reducimos a un concepto (el “yo”), a partir del supuesto incuestionado de que somos lo que nuestra mente nos dice.

 

Este es el sueño de la inconsciencia, de la confusión y del sufrimiento. Pero quien sueña toma su sueño como real; únicamente cuando despierta, se percata de la naturaleza onírica del mismo.

 

Para favorecer el despertar, quizás haya que empezar por una primera constatación: mente no es sinónimo de consciencia; mente es algo que tenemos; consciencia es lo que somos.

 

Las tradiciones de sabiduría o espirituales han definido precisamente el “despertar” como la capacidad de separar la consciencia de los pensamientos. Todos los contenidos mentales son objetos dentro de la consciencia que somos. Y la ley puede formularse de este modo: tú no eres nada de lo que puedas observar, sino Eso que observa. O de otro modo: no eres el “yo” que puedes pensar, sino el “Testigo” que lo percibe. Y de una manera más concreta: no eres tus pensamientos, recuerdos, proyectos, sensaciones, sentimientos,  emociones…, sino la Consciencia en la que todo eso aparece y desaparece, como las olas nacen y mueren dentro del océano.

 

A partir de esa experiencia, venimos a descubrir que el ego no era sino un error de percepción; solo existe cuando pienso en él, y solo sufro cuando me reduzco a él. Nos hallamos en una especie de sueño, creyendo ser lo que no somos, y olvidados de quienes realmente somos. Mientras dure esa alienación, nos sentiremos divididos, extraños a nosotros mismos. Y nuestras relaciones no serán otra cosa que luchas de egos, más o menos crispados.

 

Cuando, tras el silencio de la mente, despertamos, todo queda modificado.

 

Semana 21 de febrero: 10 PRINCIPIOS ESENCIALES DEL DESPERTAR

Camino

  1. NO HAY NINGÚN DESTINO, SÓLO EL MOMENTO PRESENTE

 

Solo hay ESTO; la presente escena de la película de tu vida. Sal de la historia épica del tiempo y el espacio, del pasado y el futuro, de la culpa y la anticipación, y de la búsqueda de los diferentes estados y experiencias; relaja el foco habitual que has puesto en “lo que se ha ido”, en “lo que aún no llega”, cosas que no puedes controlar desde donde estás. Sal de la historia de “Mi Vida” y date la oportunidad de sentirte fascinado por lo que está vivo, aquí, en este momento. Siéntete curioso por esta emocionante danza de pensamientos, sensaciones, sentimientos e impulsos que están ocurriendo justo en donde estás. Recuerda, el Ahora es el único lugar desde donde las verdaderas respuestas pueden surgir. El momento presente es tu verdadero hogar, anterior al tiempo y al espacio.

 

 

  1. EL PENSAR GENERA SUFRIMIENTO

El dolor no es el problema, el problema es lo que pensamos acerca del dolor; nuestra resistencia a la incomodidad, nuestro intento de escapar. El verdadero problema empieza cuando comenzamos a rumiar nuestro dolor, nuestra tristeza, nuestros miedos, nuestra ira; cuando nos inquietamos con nuestras molestias, ¡retrasando y adelantando la película! Cuando le damos vueltas en la cabeza a las tristezas de ayer y mañana, en lugar de explorar y experimentar directamente los momentos difíciles de hoy conforme van apareciendo. Añadimos una capa innecesaria de pensamiento y resistencia a la vida, y esto genera sufrimiento. ¿La invitación? Sal del pasado y el futuro, de la búsqueda y la lucha, y reúnete con la vida en el crudo e inmediato ahora, sin juicios y sin esperar que la “paz”, la “relajación”, la “iluminación” o cualquier tipo de cambio llegue. Únete al momento bajo sus propios términos; velo como un regalo. Déjate tocar por lo agradable y lo desagradable, por lo placentero y lo doloroso, sin una agenda.

 

 

  1. NI LOS PENSAMIENTOS NI LAS SENSACIONES SON PERSONALES

Ve los pensamientos y sensaciones como eventos neutrales e impersonales que surgen en la consciencia. Al igual que los sonidos que escuchamos, los pensamientos y sensaciones físicas surgen y desaparecen en forma espontánea, como olas en el océano que Eres. De nada de eso te puedes escapar, tampoco puedes controlarlo o eliminarlo. Esa misma actitud amorosa que tienes para con los sonidos, cultívala para con los pensamientos y sensaciones. Recíbelos con la misma actitud de amabilidad y curiosidad. Velos como si fueran tus propios invitados a tu presencia.

 

 

  1. TÚ ERES EL ESPACIO QUE ACOGE A LOS PENSAMIENTOS

Los pensamientos no son tú, y no son la realidad; son solo sugerencias, posibilidades, rumores, propaganda, juicios, voces, imágenes, recuerdos o proyecciones futuras, nubes en el vasto cielo que Eres. No intentes aquietarlos, silenciarlos o detenerlos, no trates de deshacerte de ellos, ni eliminarlos o controlarlos. Sé el espacio para ellos, ¡incluso si están demasiado activos en este momento! Recuerda, si notas los pensamientos, si te haces plenamente consciente de su movimiento, no te verás atrapado en ellos. Ellos no te definen. Tú eres el imperturbable contenedor, no el contenido. Sé lo que eres, el inmutable abrazo para cada pensamiento.

 

 

  1. RESPIRA EN EL MALESTAR Y EL DOLOR

Respira en el corazón de las sensaciones de malestar; dales dignidad. Hónralas, en lugar de cerrarte a ellas y matarlas de hambre y frío. En una inhalación imagina o siente tu aliento moviéndose a través de las partes involucradas e imbúyelas con vida y amor. Llena esa región que se siente incómoda en tu cuerpo con oxígeno, amor y dignidad. No trates de “curar” las sensaciones. Ellas solo quieren ser tomadas en cuenta, ser honradas, y ser incluidas en la presente escena. Asume que incluso el malestar contiene inteligencia; que no está en tu contra.

 

 

  1. LA ACEPTACIÓN NO ES UN “HACER”, LA ACEPTACIÓN YA ES

La aceptación no significa que algo desagradable vaya a desaparecer. Eso podría quedarse un rato. No intentes aceptarlo (porque eso normalmente es resistencia disfrazada), más bien reconoce que eso YA ha sido aceptado, aquí. Trátalo como algo que tal vez estaría aquí por siempre. Eso elimina la presión del tiempo (tratando de que se vaya, preguntándote por qué “sigue ahí”). Eso ESTÁ aquí, ahora. Haz una reverencia ante ESTA realidad. Sé curioso. Y permite que cualquier urgencia, cualquier sentimiento de frustración, aburrimiento, decepción e incluso desesperación aparezca y sea incluida. Todo ello es parte de la presente escena, no un obstáculo. ¡Incluso la sensación de que hay algún obstáculo es parte de la escena!

 

 

  1. NO EXISTE EL “SIEMPRE”, NO EXISTE EL “NUNCA”

En realidad no existe el “siempre” ni el “nunca”. Hazte plenamente consciente de esas palabras; son mentiras, y pueden crear un sentido de urgencia e impotencia; alimentan la historia de la búsqueda y la escasez. No hay un “resto de mi vida”, ningún “por años”, ningún “todo el día”. Solo hay el Ahora, tu único lugar de poder. A veces incluso pensar acerca de mañana resulta demasiado. Sé aquí.

 

 

  1. SOLO PUEDES LLEGAR “ALLÁ” A TRAVÉS DE SER “AQUÍ”

Muchas veces nos enfocamos tanto en la meta, en el destino, que olvidamos el viaje, nos desconectamos de cada precioso paso y generamos estrés. Confía en que el simple hecho de estar presente te llevará hacia donde tienes que estar. Retira tu atención de los 10.000 pasos que han de venir, de los 10.000 pasos que aún no das, y recuerda el paso de este momento, el antiguo y vivo suelo. A menudo no sabemos hacia dónde nos dirigimos, y eso está bien. Haz amistad con la incertidumbre, con la duda; aprende a amar este lugar sagrado sin respuestas. Está vivo y es creativo y está lleno de potencial.

 

 

  1. ABRAZA TUS TROPIEZOS

Si te das cuenta que te has perdido en una historia, que te has desconectado, celébralo. Simplemente te has despertado de un sueño. Una gran inteligencia está viva en ti, un poder que te permite darte cuenta y conectarte. Has salido de millones de años de condicionamiento. No te castigues por haber olvidado, mejor celebra tu capacidad de recordar. ¡A este momento no le interesa si te olvidaste de él! Olvidar es una parte perfecta de la película. ¡Permítete olvidar, a veces! Deja que el camino te haga más humilde, en lugar de tratar de ser “perfecto”. La duda, la decepción y la desilusión serán tus constantes compañeros a lo largo de este camino sin camino. No hay ningún destino en la Presencia, no hay ninguna imagen de “éxito” que tenga que defenderse. No puedes equivocarte, cuando no hay ninguna imagen de lo que es “correcto”.

 

 

  1. NUNCA TE COMPARES

Eres único; tu viaje es absolutamente original. Todos podemos ser expresiones del mismo océano de la consciencia, pero al mismo tiempo, todos somos una expresión única de ese mismo océano, ¡olas absolutamente únicas! ¡Nunca te compares con nadie! Cuando comienzas a compararte devalúas tus únicos e irremplazables dones, talentos  y verdades, y te desconectas de tu tan singular experiencia presente. No compares este momento con ninguna imagen de cómo pudo o debió haber sido. La sanación se hace posible cuando dices SÍ al sitio en donde te encuentras ahora, incluso si no es en el que habías soñado estar “ahora”. Confía, y confía a veces en que no puedes confiar. Tal vez, aquí, puedas confiar en tu falta de capacidad para confiar, e incluso la sensación de que no puedes soportar este momento, esté siendo ya aceptada…

 

Jeff Foster

 

Semana 14 de febrero: NO SOMOS UNA ENTIDAD SEPARADA

Arco iris

Entrevista a Francis Lucille
Pregunta: ¿Qué puede hacer el yo separado aparte de comprender?
FL: La respuesta es muy simple: nada. El yo separado ni siquiera puede comprender por la sencilla razón de que el yo separado no existe.

Es como preguntar… ¿qué puede hacer un unicornio?, o ¿qué puede hacer el hijo de una mujer estéril? Este último es un ejemplo utilizado muchas veces en la India.


P: Pero la ignorancia existe… 

FL: La ignorancia existe, pero no es lo mismo que el yo separado. La ignorancia es la creencia en un yo separado; no es lo mismo.

 

La creencia en Papá Noel no prueba la existencia de Papá Noel. La creencia de ser un yo separado existe, pero el yo separado no existe; únicamente existe como esa misma creencia.

 

Todo lo que hacemos, ya sea bajo la influencia de la ignorancia o en ausencia de ignorancia o con el fin de liberarnos de la ignorancia, no es una entidad separada la que lo hace; todo esto es la acción universal, es el principio de la acción universal.

 

Basta con ver que hay un único agente, una sola fuerza -la fuerza universal-; no hay dualidad. Incluso la separación entre el observador y lo observado, entre el sujeto y el objeto, también es un concepto.
La mala noticia es que, en tanto que entidad separada, no podemos hacer nada, y la buena noticia es que nosotros no somos una entidad separada. Si comprendemos, en el seno mismo de la acción, que no somos una entidad separada, automáticamente la acción deviene justa, es recta.
De la misma manera, si en el momento del pensar comprendemos que nosotros no somos un pensador separado, el pensamiento deviene justo. Si en el momento de la percepción, comprendemos que no somos un perceptor separado, la percepción deviene justa.

 

Semana 14 de febrero: ¿QUIÉN SOY YO? UN CONOCER PREVIO A LA RAZÓN

Sabiduría

Frente a la idea que considera a la razón como la forma suprema de conocimiento –uno de los mitos de Occidente, según Raimon Panikkar-, los sabios siempre han sabido que “pensamiento” no era sinónimo de “conocimiento”. Una cosa es la mente, con su extraordinaria capacidad de pensar y razonar, y otra diferente es la sabiduría que nos ofrece un acceso in-mediato a lo Real.

 

La propia Teresa de Jesús –nada dedicada a temas “especulativos”- cuenta, en las Cuartas Moradas (1,8), el descanso que le produjo el hecho de que le reconocieran esa diferencia.

 

Ese conocer previo a la razón tiene el sabor de lo inmediato y lo evidente. No es un conocimiento conceptual, sino experiencial. Y se halla al alcance de todos.

 

El modo de acceder a él es acallando la mente. Si en este mismo momento “dejas caer” todos los pensamientos, sentimientos y preocupaciones…, ¿qué queda? Si por un instante cesa la actividad mental, ¿qué aparece?

 

Dado que la mente no puede responder adecuadamente a la pregunta “¿quién soy yo?”, porque únicamente puede conocer objetos, parece claro que solo podré conocer quién soy cuando lo sea. Al no ser un “objeto” observable, que mi mente pueda delimitar, no existe un concepto que me defina. Lo que soy, no puedo pensarlo; solo puedo serlo. Y, al serlo, lo experimento de un modo inmediato y preconceptual.

 

Al silenciar la mente, lo que queda es algo que no podemos pensar. Por tanto, solo lo podemos nombrar inadecuada o metafóricamente. Tiene el sabor de Calma, Quietud, Atención desnuda, Conciencia, Vacío pleno… Aparece como una Presencia atemporal e ilimitada, en la que nos reconocemos; y que se expresa como “Yo Soy”, sin añadidos ni delimitaciones.

 

“Yo soy” es la consciencia de ser que nos ha acompañado siempre: en realidad, lo único que permanece estable a lo largo de toda nuestra vida: ésa es nuestra identidad.

 

A diferencia del yo, esta Identidad es estable, permanente y compartida. Todo ocurre dentro de ella, pero nada le afecta. Y todo, incluido el yo, son formas en las que, transitoriamente, se expresa.